lunes, 22 de febrero de 2010

Natasha Luna - Emilio (2005)



A Natasha Luna todos la quieren en sus filas. La escena dark, doom metal, indie y gótica hablan de ella en sus blogs, entre amigos y la colocan en el, a veces, efímero, inflado y sobre todo ingrato pedestal del estrellato musical under (¿under? aún se usa ese término). Pero ella sabe que no pertenece a ningún lado, al menos con su música parece no querer llegar a uno concreto. Sin embargo, está en movimiento a pesar de la monotonía, de la uniformidad entre canción y canción. Lo estático no existe. El movimiento es intrínseco. Parece influenciada por aquel sonido de Portishead, los momentos mejor logrados de Radiohead, los más inspirados de PJ Harvey o Fionna Apple, pero en realidad su música es la de The Smiths y algunas banditas grunge de los ya lejos noventa.

Su primer disco “Emilio”, no sorprende, pero estremece. Parece una experiencia cinematográfica, llena de escenas en blanco y negro contrastadas, de panoramas sobrios, miradas contenidas y movimientos en cámara lenta. Las canciones de Emilio despiertan un factor interno, un deja vu. Lo sorprendente tal vez sea su producción. Dicen gestado completamente por ella misma. Un teclado viejo y momentos de soledad en casa, para evitar la fatiga explicativa. Me da miedo tocar en vivo, la escuche decir en un programa de televisión que solo ella hizo interesante. Y me enamoré. Pero como el amor no es leal. Busque su música en la red y solo logré encontrar este primer álbum, este imperdible y envolvente trabajo, esta obra de pasajes oscuros inspiradores, de melodías etéreas, de una voz que parece resistirse a su definición, que quiere quedarse en la raíz de un cuerpo vulnerable que camina cabizbaja con su mochila por el campus de alguna universidad, uno que pasa inadvertido, pero con la energía real de una guerrera onírica.

Su segundo disco, titulado “N” y que ella relaciona con la insuperable película de Lang “M, el vampiro de Dusseldorf”. No es accesible por la red. Al parecer ella misma ha pedido a los que lo tienen y le piden el permiso respectivo no subirlo. Ellos entienden. El disco parece que fue largamente concebido, con muchas dificultades. Y no lo han hecho, por ella y porque el disco merece ser comprado, dicen. “Emilio” es para mí, un disco motivador, me hace pensar que los finales no pueden ser tan malos.

(El album permanecerá por tiempo definido por pedido expreso de la autora).

No hay comentarios: